SENTIDO DE PERTENENCIA

Al vivir en el extranjero uno puede sentirse aislado, desarraigado y/o abrumado.
Muchos de nuestros recursos se utilizarán para adaptarnos a los códigos de la nueva cultura. Puede que tengamos que aprender nuevos hábitos, adquirir un nuevo idioma y desarrollar nuevas habilidades. Se trata de un viaje apasionante que puede llevarnos a despertar gran parte de nuestro potencial y crecimiento. Pero el proceso de aprendizaje y crecimiento no siempre se produce de forma fácil y ligera, no se representa como una distribución normal o gaussiana, más concretamente puede tener muchas formas, eso significa muchos altibajos en el mismo día o en la misma actividad o relación. Por lo tanto, las sombras que significan miedos, partes desconocidas de nuestra personalidad o viejos recuerdos pueden despertar y sacudir nuestro terreno cuando nos encontramos en situaciones estresantes o nuevas, de las formas más inesperadas.

Hoy en día la fuente más actual de sufrimiento en el ser humano, tiene que ver con la crítica. Este factor proviene de la demanda externa de la religión, la cultura, la sociedad, la familia o el género, que descuida la escucha activa, la observación y la experiencia de uno como ser único y especial. Cuando nos damos por sentados a nosotros mismos o a los demás estamos perdiendo la gran oportunidad de cambiar y desarrollarnos. Estamos anulando la opción de prosperar en nuestro propio elemento. Ponemos en peligro nuestras verdaderas necesidades para evitar la confrontación y el conflicto, lo cual, cuando somos niños, obviamente no es la forma más inteligente de actuar. Principalmente porque entonces necesitábamos a nuestros cuidadores para sobrevivir, por lo tanto aquí nos enfrentamos posiblemente a la misión adaptativa que tiene este mecanismo de no individualizar. No muchos de nosotros, por no decir ninguno, hemos crecido en un entorno donde hubiera espacio, tiempo, energía y recursos por parte de nuestros mayores para desarrollar el respeto, la curiosidad y la aceptación desde una perspectiva, opinión o postura diferente. Por lo tanto, la respuesta más frecuente es que nos cerramos en banda, observamos, imitamos (copiamos y pegamos). Como resultado, acabamos acatando o convirtiéndonos en rebeldes (un mecanismo de compensación también), sin más opciones. Ambos significan no desarrollar nuestro propio criterio, nuestro propio sistema de creencias, conexión con los sentimientos y el cuerpo.

Ahora podemos abordar que es vital en este proceso explorar realmente lo que significa para cada uno de nosotros, como individuos, "Pertenecer". Algunos ejemplos son que pertenecer para algunos tiene que ver con la libertad de expresar su voz, opiniones y movimientos; mientras que para otros, tiene que ver más con el permiso para expresar vulnerabilidad y sentirse sostenidos; y para otros, tiene que ver con tener suficiente espacio para sí mismos, básicamente que son aceptados aunque no sean los más activos o expresivos.

Cuando empecé a ofrecer terapia individual en Dinamarca, no sabía, o quizás lo había oído, pero no lo había experimentado en mi piel, lo grande que es la brecha entre la cultura escandinava y la cultura de Pascua o del Sur. La forma en que cada cultura se relaciona con sus emociones, con su cuerpo, con su entorno es un universo completamente nuevo. Recuerdo cuando ayudaba a mis primeros clientes e intentaba mantener una postura lo más neutral posible al respecto, pero pronto confirmé que no podía mirar hacia otro lado y actuar como si todos fuéramos iguales. Este hecho puede impactar profundamente a nivel subjetivo activando heridas emocionales de nuestros antecedentes. El entorno siempre afectará al individuo, y nunca se olvida si no hemos encajado bien en nuestra familia o en nuestro grupo de amigos o en nuestro equipo de trabajo. Normalmente tendemos a tomárnoslo como algo personal, luego lo relacionamos con las críticas que hemos recibido por activa o por pasiva y BOOM- caemos en confirmar lo que nuestra herida nos enseñó, que no somos lo suficientemente guapos, inteligentes, buenos, rápidos, eficientes,.... ¡lo que sea!